En el liceo Pedro Montt se desarrolló el seminario denominado “Violencia y discriminación en la escuela: propuesta para mejorar la vida escolar”, organizado por las universidades Católica de Valparaíso y Diego Portales en conjunto con la Universidad de Massachusetts y CORMUVAL.
En el encuentro participaron numerosos profesores de la comuna, quienes escucharon las charlas teóricas que abordaron diferentes temáticas entre las que destacaron: Violencia y discriminación en la escuela: las voces de los estudiantes y profesores, violencia y discriminación desde una perspectiva de justicia social, la violencia y su impacto y prácticas para mejorar la vida escolar.
El gerente general de la Corporación Municipal de Valparaíso, Gustavo Mortara Pizarro, dio las palabras de bienvenida a los participantes, destacando la importancia que tiene este tipo de encuentros para la convivencia de los estudiantes. Además valoró la unión entre COMUVAL y el programa PACES de la Escuela de Psicología de la PUCV, el cual lleva trabajando más de dos años en la mayoría de los establecimientos educacionales.
Mortara también explicó cómo se logra conocer los grados de vulnerabilidad de los estudiantes y la manera de revertirlos. “Pertenecen a las fichas de estratificación social, más el trabajo que hacen los directores de las escuelas y liceos con sus equipos profesionales. Es importante tener muy bien identificado y dar apoyo a una cantidad enorme de alumnos (12% con una vulnerabilidad casi extrema). Para ello hemos creado hace tres años, dos estrategias paralelas: crear la unidad de protección infantil-juvenil a cargo de la abogada Macarena Iriarte y paralelamente prevenir situaciones de violencia interescolar y en el ámbito familiar, por ello estamos haciendo un gran esfuerzo con los equipos profesionales que tienen que ver con la ley SEP y que pertenecen al programa de integración escolar, al programa de habilidades para la vida, y que a la vez son parte de la dotación de escuelas y liceos. Son cuatro grupos de profesionales que no pueden ir por carriles distintos, ellos deben coordinar sus esfuerzos porque el objetivo es el niño vulnerable con su familia. Estamos convencidos que con estos esfuerzos coordinados vamos por buen camino, hemos logrado un aumento en el SIMCE, en la matrícula (hace 25 años que no crecía) y tenemos una disminución significativa de la violencia, por lo tanto hay esperanzas”.